Presumida

Hace unos años tuve la genial idea de ponerme un tratamiento facial que prometía “el oro y el moro”. La esteticista me dio un folleto ; en él ocurrían tantos “milagros” que yo, cargada de agonía y ambición , me lancé a por ellos.
Solo había una pega , pero superada ésta “el milagro” se hacía realidad; tenía que ponerme una mascarilla color mostaza y soportarla durante 6 horas . Para eso tenía que ir a última hora al “salón de belleza” , me la colocaban y después me iba a mi casa . Tenía que ser de noche para que me viera la menor gente posible y así pasar desapercibida .
Me llevé el coche (para no pasearme con eso puesto) y empezaron los problemas; eran las 8 p.m y no encontré aparcamiento en la puerta ,me tuve que ir bastante lejos , llegué al “salón” bien tarde y ¡desde luego preocupada por mi traslado posterior!
Me ponen el mazacote, que me pillaba toda la cara ; sólo me dejan los ojos y los labios sin rellenar (vamos estaba que daba miedo) . A la hora de irme le cuento a la chica lo del coche y me dice : << Mi marido puede ir a buscar el coche y te lo trae hasta la puerta >>. LLama al marido que viene con cara de perro , me mira y su cara era ya… que le faltó ladrarme (eso hubiera hecho un perro). Me subo al coche con esa pinta , pienso en mis pocas luces ,en mi familia , en los resultados ¡que a saber!… me voy poniendo cada vez más nerviosa (anda que si diera un golpe , o me lo dieran , como se me cruce un niño , un perro ,un viejo/a )…, todos los semáforos se iban poniendo en rojo . Cuando paraba yo miraba al suelo para no ver a quien me pudiera reconocer (¡sin pensar que estaba irreconocible!) .
Llego al garaje ,aparco , me bajo y voy despacio para subirme al ascensor y directa a mi casa; oigo voces en el portal ,media vuelta al coche ,me meto y me escondo ,cada vez que entraba alguien al garaje era un suplicio , me faltaba vehículo para sumergirme . Pasa un rato y no se van los del portal (¡Dios mio! ,¿ será una reunión de la comunidad?) , pasa otro rato y dejo de oírlos ,salgo de puntillas ,cojo el ascensor y por fin a mi casa.
Entro y me topo con mi hijo que me dice con cara de espanto :¡ ¿ Así vienes de la calle?! y el recto de la familia “ídem de ídem” . Yo a lo mío , pongo la cena , nadie se queja , parecía que se había creado un clima de compasión ( menos mal , que no se me ocurrió poner pollo al curry ,ni nada con mostaza ) .
Llega la hora de acostarse , pongo una toalla enorme en la cama para no manchar nada , pongo el despertador para retirarme “ la careta” ; por supuesto ,no pego ojo , a las 4 a.m. aproximadamente , retiro la mezcla ,debajo aparece mi cara ,como si hubiera estado 24 h. seguidas al sol , vamos parecía un “Ecce homo” y un dolor ….me vuelvo a acostar dolorida y pensando si la cosa tendría solución o habría que hospitalizarme …
Llega el nuevo día y yo sin dormir , además temerosa de la reacción familiar y de volver a enfrentarme con la realidad ; menudo cachondeo , mis hijos me decían : Mamá no hace falta que miremos a la “tele” , te miramos a ti y la vemos perfectamente reflejada en tu frente . En la calle no había nadie que no me preguntara por la causa de esa deformación facial ¡me miraban hasta los bebés de los carros!
Pasado un tiempecillo empezó a verse el resultado , tengo que confesar que no fue un milagro pero quedó bien .
Pero tanto trascendió el experimento que a nivel familiar ,y también fuera de mi casa, hubo todo tipo de opiniones ,más bien negativas ; un día dieron la noticia en el telediario que habían detenido a una gente por tener un “salón de estética” ilegal (en Madrid), en el que se habían hecho barbaridades (inyectaban silicona industrial con una jeringa y operaban allí mismo) y dice mi padre : Esos son los sitios donde le gusta ir a Paulica para que experimenten con ella…
¡Cría fama y échate a dormir! Pensé ¡¡¡¡Y así, me quedé sin argumentos!!!.