miércoles, 8 de julio de 2009

Afo-sorda

El día a día me pasa factura, eso lo tengo cristalino, no quería hacer mucho caso de esto y mucho menos darle importancia, pero haciendo recuento en lo que llevamos del 2009 me encuentro:

En Febrero, un lumbago de estos que piensas que imposible la recuperación; ponerte unos simples calcetines era como escalar el “Tajo de los Vados”(siempre me ha parecido toda una heroicidad cuando pasábamos por esta carretera y veíamos a los escaladores, colgados en esa pared, de estos parajes maravillosos, que te traslada a la prehistoria); luego achacándole a mi alergia ( que me acompaña desde que tengo uso de razón) que cuando llevo mucho rato conduciendo me pican los ojos a reventar, sobretodo de noche; y el otro día en el examen médico de la renovación de la friolera cifra de 20 años de carnet de conducir, me dicen que debo graduarme la vista…… ¿Y se puede pedir más? Pues sí, anemia y por todo lo alto; tres meses que tengo que tomar hierro en sobres y en ayunas……. Y para rematar, el otro día me voy a la playa con mis amigas “De capriciiiiiiiiiiiiio” y cerveceras , con toda la ilusión del mundo; desde las 2 p.m hasta las 1 a.m a un restaurante recién inaugurado y todo glamuroso que se come de maravilla, pasando después a la copa de la sobremesa en un chiringuito más glamuroso todavía, a la vera del mar, y empieza a facturar mi “Body” y me deja sin voz; al principio era “ Paco Umbral” pero conforme iban pasando las horas era “Pepe Isbert” en “La gran familia” buscando al “Chencho”.

Al día siguiente amanezco, completamente muda, empiezo a añorar: Que privilegiada soy, que puedo ver , que puedo andar, que puedo oler, que puedo sentir, que puedo oír……….y que poco he apreciado el poder hablar (cuando podía) ¡que desesperación!, si es de mis cosas preferidas…. Además de cantar. Tres días que me he pegado sin decir ni pío. Me despertaba e intentaba decir hola para mí y nada ni un sonido…….he llegado a pensar que era para siempre , era desesperante , y lo peor la reacción del mundo que nos rodea; curiosamente la gran mayoría de la gente me hablaba más fuerte de lo común , como si yo estuviera sorda y no muda .El colmo fue en la sala de espera de urgencias, donde una mujer al detectar mi afonía, empezó a hablarme muy despacio, vocalizando perfectamente (toda finolis) a voces ¡haciendo gestos con las manos!!!!! Y diciéndome que cómo me llamaba, para cuando avisasen que me tocaba, decírmelo… (agradezco su amabilidad de verdad).

Confieso que ha sido toda una odisea, a todos los niveles, el teléfono sonaba e impotencia, a la puerta tocaban y ni abrir (ya sabéis lo que es esto para mí). No he podido regañarle a nadie, ni con razón ni sin ella, ni meter baza en las colas de la carne, ni en las del pescado……en fin un martirio que no le deseo a nadie y que me recuerda ese refrán que amablemente dice: “De los cuarenta para arriba, no te mojes la barriga” y que siempre me he preguntado si lo de “mojarse la barriga” sería de manera interna.

PAULA