No sé porqué le pusieron este nombre, todo el mundo lo llamaba “el cine del Niño Dios”; tampoco sé porqué al “Niño Dios” le llamaban así (me imagino que tendría algo que ver con su infancia, o la de algún familiar del que heredó este “mote”).
Lo que sí sé son los buenos ratos que pasé en este lugar; no recuerdo bien cuándo lo abrieron, si sé que éramos aún pequeñas. Vivía Franco porque cuando murió, ese fin de semana no hubo proyección. Iban a poner “Charlie y la fábrica de chocolate” (versión antigua por supuesto) y nos quedamos con la miel en los labios.
El cine era una sala grande y confortable, con sillones rojos de terciopelo donde un acomodador se cercioraba bien de que no lleváramos nada de comer, y por supuesto “un chicle” era como llevar una bomba, cosa que nunca se nos ocurrió o por lo menos solo masticábamos cuando todo estaba a oscuras. Entonces todavía en los cines no nos vendían palomitas y demás chuches ,aunque yo creo que tenían claro que tampoco nos lo podíamos permitir .Ir a ver una película ya era un lujo ,tomar coca-colas ,patatas fritas etc. , solo pasaba en ocasiones especiales (comuniones ,bodas, bautizos… y para Rosalinda Flam y para una servidora, según las notas que sacáramos ,había litrona de Coca ; nos poníamos con sus efectos como si de la sustancia en sí se tratara).
El cine proyectaba sesiones todas las tardes , pero a nosotras las que nos gustaban eran los “Matinales” del Domingo a las 12 a.m. , no nos perdíamos ninguno , ponían todo tipo de películas ,del Oeste (menudo rollo con todos los niños diciendo ¡toma! cuando había puñetazos) , de Marisol ,de Rocío Dúrcal , de Tarzán , algunas de chinos insoportables y muchas de Cantinflas …Rosalinda Flam y yo nos sentábamos en la segunda fila ,nuestra teoría era que porque no se ponía nadie y se veía mucho mejor. Recuerdo cuando pusieron los “Diez Mandamientos” : aquello fue una manifestación , nunca pensé en aquel entonces que podría haber tanta gente en el mundo, y menos en mi pueblo. Mis hermanas decían que entraron al local sin poner los pies en el suelo ,¡vamos en andas! ¡Hasta de debajo de las piedras salía la gente! La taquilla no se podía divisar y alguien nos sacó la entrada; aquel día, no estuvimos solas en la segunda fila.
Recuerdo que al colegio llevaban todas las semanas dos entradas para rifar, a mí no me tocó nunca, y llegando el verano Dª Pilar, “mi maestra”, a otra niña y a mí nos las dio para que todas estuviéramos en igualdad de condiciones.
También ponían películas de “mayores de 18”, sobretodo “Emmanuelles” de todos los colores, algunas veces nos poníamos cerca de la puerta para ver quién iba…
El día memorable fue cuando a Rosalinda Flam y a Paulina Mar, las dejaron encerradas: se metieron en el aseo al terminar la película y cuando estaban acomodaditas haciendo un “pis” se apagaron todas la luces…pero Rosalinda Flam dio un grito que ni al mismísimo Tarzán se le hubiera ocurrido, cosa que las salvó, aunque después hubo bronca del acomodador y todo el barrio comentó el grito. Nosotras salimos victoriosas como “Sissí Emperatriz” , que nos encantaba.
No recuerdo cuando cerraron “el cine” sí que ya éramos más mayorcitas, yo ya tenía novio, mi “Sposo”. El año no lo recuerdo. Hicieron de él un garaje y el cine quedó en nuestra memoria como en la de todos aquellos que durante su infancia, uno de los pocos entretenimientos que se les ofrecía era éste tan maravilloso.
¡Ah! Por cierto también estaba la “Discoteca el Niño” pero nosotros nunca pudimos ni asomarnos , siempre me imaginé un lugar oscuro ,con humo ,minifaldas ,muchachos apuestos con pantalones de campanas y música de Tony Ronald …..
Diario de un taller de escritura. La Casa Porras
Hace 7 años
